La vespa velutina devasta España
La avispa asiática lleva en la Península desde 2010 colonizando los campos españoles y desesperando a los apicultores del norte de España donde está diezmando la abejas de la miel, uno de sus principales alimentos.
La vespa velutina en España
Uno de los mayores problemas con los que se enfrentan los afectados por la vespa velutina es la inacción de las administraciones estatales. No se ha elaborado ningún informe del impacto tanto ambiental como socioeconómico que representa esta plaga, pues el sector al que ataca, lejos de ser la prioridad que debería suponer para nuestro país, se encuentra en el reino del olvido por las instituciones del Estado que ni siquiera coordinan, y por supuesto ni financian, estudios para elaborar un plan de lucha contra este insecto invasor.
Y es que es el norte donde más ha afectado la vespa velutina, donde el número de enjambres detectados creció un 70% entre 2015 y 2016. Tanto es así que la vespa velutina (o avispa asiática) ha sido otro factor más al ocaso de las abejas, tanto en nuestro país como en el mundo. Este insecto se suma también a la proliferación a principios de los noventa de los pesticidas que han causado, según los registros, perdidas de hasta la mitad de la población de abejas en las colmenas del litoral mediterráneo.
El peligro de la avispa asiática
La vespa velutina representa un peligro latente, aunque palpable en las provincias del norte, pues tiene dos puntos a su favor: una voracidad insaciable y una gran capacidad de reproducción.
Su dieta consiste en insectos y pulgones, pero además se comen a las abejas por su gran aporte calórico y vitamínico que les permiten seguir reproduciéndose con energía. La estimaciones que se manejan indican que una sola avispa puede capturar 25-50 abejas al día. Esto significa que un grupo de 30 avispas puede acabar con un panal. Pues no solo cazan a las abejas al salir de la colmena, si no que se apostan a la entrada y las abejas, al no salir, mueren de inanición e impiden que las abejas madre entren con polen y puedan alimentar a sus crías.
A esta voracidad hay que sumarle su alta tasa de reproducción. Un solo nido de vespa velutina puede producir 500 nuevas reinas al año. Si bien no es un peligro por su picadura para el ser humano, si puede ocasionar un daño irreparable a los ecosistemas que ataca, pues no solo ataca a la abeja, ataca a un vector vital para la polinización. Por lo que estos insectos son capaces de diezmar la biodiversidad de las zonas afectadas y afectar por tanto a la agricultura española.
Según afirman desde el Fondo para la Protección de Animales Salvajes (Fapas), este insecto representa un enemigo para la recuperación de la abeja silvestre, «una recuperación muy necesaria porque la polinización de las abejas de las colonias de los apicultores no es tan eficaz como la que hacían las abejas en estado salvaje”. Un afirmación de mucha gravedad que, por el momento, no han tomado seriamente en las administraciones estatales.
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