La roya amarilla se abre hueco en España

La roya amarilla es uno de los problemas emergentes en los cultivos de trigo y cebada de España, en la última campaña se han detectado focos muy importantes de esta enfermedad en Andalucía, Castilla La Mancha y Cataluña. Debido a este hongo se han producido grandes pérdidas económicas en el el sector del cereal tanto en España como en el resto del mundo.

plaga roya amarilla

«La plaga de roya amarilla se extiende rápidamente»

El gran problema que nos encontramos con este hongo es su capacidad para extenderse rápidamente y contagiar a los campos de la zona velozmente gracias a su característica policíclica y el saber aprovechar el buen clima para infectar otras plantaciones. Hasta el año 2011 la enfermedad estaba controlada en España mediante un sistema biológico y sostenible que consiste en introducir en las cosechas infectadas una raza de patógenos descubierta en Alemania y estudiada en los países Escandinavos.

¿Cómo descubrir que tenemos roya amarilla en nuestros cultivos y acabar con ella?

Es importante saber que lo más característico de esta enfermedad es que se reproduce rápidamente y que puede contagiar a los cultivos vecinos muy fácilmente y por ello debemos estar atentos de los primeros síntomas que aparecen como pequeñas pústulas amarillas en las hojas de los cereales y que nos indican que la planta está infectada y que debemos ponerla en cuarentena y evitar su contacto con otras plantas cercanas.

Los focos de roya amarilla son controlables mediante diversas técnicas pero el tiempo es un componente que corre en nuestra contra. Después de la fase de las manchas amarillas viene la fase en que se convierten en manchas negras y están en pleno momento de supervivencia y reproducción para adecuar su genética a la de cada cultivo y hacerse más resistentes. La roya amarilla es una enfermedad muy agresiva que se propaga muy rápido y causa graves problemas en los cultivos. Hay que destacar que el hongo muere si las temperaturas son excesivamente frías, alrededor de los -10º pero muchas zonas de cultivo de cereales no sufren estas temperaturas ningún día del invierno.

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