Biopesticidas, la alternativa eficaz
Actualmente, para el control de plagas en la agricultura se utilizan diferentes alternativas a los métodos químicos: enmiendas orgánicas, plantas resistentes a determinados patógenos, plantas micorrizadas, rotación de cultivos, entre otras. Uno de los usos más extendidos es el de los biopesticidas.
Los biopesticidas son un componente clave en los programas de control integrado de plagas y están recibiendo mucha importancia como medio para reducir la cantidad de pesticidas sintéticos utilizados en el control de plagas y enfermedades en los cultivos. En la mayoría de los sistemas de producción no se contemplan como sustitutos totales de los pesticidas sintéticos si no como un complemento y una forma de poder rotar los productos utilizados de modo que retrase o elimine la aparición de resistencias a los insecticidas. En agricultura ecológica los biopesticidas pueden suponer una herramienta valiosa para suplementar la rica variedad de prácticas culturales que eviten los daños en las cosechas.
Los organismos utilizados en biopesticidas suelen ser hongos (Beauveria bassiana o Metarhizium anisopliae), virus (Cydia pomonella) y bacterias (Bacillus thuringiensis o Bacillus subtilis).
Un área importante para el uso de biopesticidas es en la desinfección de semillas y tratamientos del suelo. Los fungicidas y biofungicidas son usados en el tratamiento de semillas para controlar los hongos del suelo que causan la pudrición de las semillas y muerte de las plantas jóvenes.
Las ventajas de los biopesticidas son que no producen residuos peligrosos, reducen significativamente el impacto sobre las especies que nos son objeto de los tratamientos, suelen ser de producción más económica que los insecticidas químicos y a largo plazo, suelen ser más efectivos que los pesticidas sintéticos.
El mayor inconveniente de los biopesticidas es que requieren una aplicación específica dependiendo del tipo de plaga. Además, si la plaga resulta ser muy dañina en un corto espacio de tiempo, hace imposible que los biopesticidas sea el tratamiento más adecuado, pues su velocidad de actuación es lenta.
Aunque como hemos anotado al principio, una combinación de biopesticidas con otras alternativas en un equilibrio adecuado podría llevar a un control económicamente viable y de eficacia contrastada en cualquier tipo de cultivo.