Las abejas, en peligro de extinción

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Una abeja polinizando

El planeta debe lamentar una nueva amenaza: Estados Unidos acaba de incluir a siete especies de abejas en su lista de animales en peligro de extinción. Este titular, más allá de su significado, representa un reto global para el ser humano y para el planeta en el que habita.

La importancia de las abejas

A pesar de su diminuto tamaño, estos insectos son fundamentales para la vida de los seres humanos. Ya lo advirtió Einstein en una frase recurrente para los ecologistas: «Si las abejas desaparecieran, sólo nos quedarían 4 años». La extinción de estos insectos polinizadores supondría un grave impacto para los ecosistemas de nuestro planeta, pues son uno de los responsables de la polinización.

La polinización es el intercambio de polen entre las flores y el principal medio para que las plantas se reproduzcan. Esta reproducción vegetal depende de las abejas y en menor medida, de otros insectos como las moscas o las mariposas, que transportan el polen de las plantas. Es un mecanismo que tiene la naturaleza para desarrollar sus ecosistemas: la polinización produce plantas que conforman bosques, éstos producen oxígeno, previenen la erosión del suelo y regulan el flujo del agua asegurando la cadena alimenticia del resto de los animales del planeta tierra. Aproximadamente el 30% de los cultivos agrícolas del mundo dependen de la polinización realizada por insectos y otros animales, lo que en términos económicos supone el 10% del valor de la producción a nivel mundial.

¿Cuáles son las causas de este declive?

En 1988 había un total de 5 millones de colmenas en Estados Unidos, en 2015 pasaron a quedar sólo la mitad. Murieron el 42,1% de las colonias. Este problema no solo se da en Estados Unidos, en su informe UNEP Emerging Issues, la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación) demuestra que el declive de las abejas está ocurriendo en todo el mundo y que el resto de polinizadores están en la misma situación.

Entre los motivos de la reducción de la población de abejas está la reducción de su hábitat, los incendios, la pérdida de diversidad genética, el aumento del uso de los pesticidas, el incremento de avispas asiáticas y de dos parásitos enemigos naturales de las abejas: el Acarapis Woodi y el Varroa Destructor.

¿Cuáles son las soluciones?

Como bien se ha repetido en multitud de ocasiones, la tierra depende de un equilibrio muy frágil. Amplios ecosistemas se verían afectados si las abejas desaparecen, y no solo desaparecerían plantas y animales, también estaría en peligro la propia supervivencia del ser humano. Las soluciones pasarían por prohibir los productos tóxicos para las abejas y aumentar los controles sobre los plaguicidas que se usan. También deberían ponerse en marcha planes integrales para la protección de las abejas así como un protocolo de urgencia para adoptar la agricultura ecológica como única vía para una producción sostenible.

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