Se les llama defoliadores a aquellos insectos, que en cualquiera de sus fases (oruga o adulto), consumen las secciones más suaves de las hojas; con lo cual quedan únicamente las partes más duras, como las venas. Algunas especies incluso se alimentan de la hoja entera. Las especies más conocidas pertenecen al orden Lepidóptera e Himenóptera.
La plaga de galeruca del olmo es, incuestionablemente, una de las más importantes defoliadoras para este tipo de árboles; en particular, de las especies Ulmus pumila, U. minor y U. umbraculifera. Por tal razón, dicho insecto es considerado, en la comunidad autónoma de Madrid, como uno de los coleópteros que se alimentan de materia vegetal (fitófagos) más problemáticos que existen.
Y este no ha sido sino uno más de los episodios en la sucesión de hechos trágicos acontecidos, en la historia contemporánea, al olmo. Primero, apareció la grafiosis (enfermedad holandesa de tipo fúngico) que afectó a las especies U. minor y U. umbraculifera; y, destruyó a innumerables olmedas que cubrían con sus agradables sombras a una gran cantidad de paseos de la ciudad de Madrid.
Para resolverlo, se decidió reemplazar las mencionadas especies de olmos por la variedad U. pumila, que tiene una mayor capacidad para hacer frente a la grafiosis; lamentablemente, la misma es susceptible a la galeruca. Es más, hay una alta probabilidad de que gran parte de los nuevos árboles, estuviesen contaminados con huevecillos de este insecto.