Murciélagos mueren por calor extremo

Los murciélagos están muriendo en masa este verano en Australia debido a temperaturas que rozan los 50 grados centígrados, un verano que se ha convertido en el más cálido desde 1939. 

El cambio climático, detrás del calor extremo

El calor extremo que se vive en Australia estos días lo habrán podido comprobar si les gusta el tenis, ya que el Master de Australia, que se celebra estos días, ha sido noticia porque muchos jugadores han sufrido desmayos, golpes de calor y deshidratación jugando el torneo.

Y es que el domingo pasado Australia registró una temperatura de récord: nada menos que 47,3 grados, el más caluroso en 80 años. Y como siempre, en estas condiciones que ya advertimos sobre el cambio climático, los animales más vulnerables, los más sensibles a los cambios de temperatura, son los que están sufriendo las consecuencias de la acción humana. Los murciélagos están friéndose vivos debido a estas temperaturas.

Ya hemos hablado más de una vez sobre los efectos del cambio climático y sus consecuencias: el grave caso de las abejas polinizadoras y su extinción masiva, sobre el retraso de las plagas en invierno en la que el cambio climático también incidía, la terrible sequía que azotó España con el invierno ya entrado y el impacto en la diversidad de los bosques de España. Ahora tenemos otro ejemplo de lo que el cambio climático supone (y supondrá) tanto para los seres humanos como para los animales.

Los murciélagos están muriendo

Los cambios de temperatura asociados al cambio climático se comportan de forma extrema. Los veranos serán más calurosos y las estaciones intermedias como el otoño y la primavera, tienden a diluirse cada vez más, dejando cambios bruscos en las temperaturas y otros efectos como lluvias irregulares y fenómenos meteorológicos extremos (olas de calor y frío, ciclones, etc.).

Con estas condiciones, la vida de los humanos se ve perturbada, para los animales más vulnerables estos cambios son letales. Ya hablamos hace poco aquí del aumento en la desaparición de mariposas en la Península Ibérica, y ahora se puede observar en los animales del continente australiano. Asociaciones animalistas han reportado infinidad de casos de aves que necesitaban ser rehidratadas, los koalas estaban siendo pulverizados con agua para mantenerlos frescos y los murciélagos, que son los protagonistas, estaban muriendo porque no tenían suficiente cobertura para protegerse del calor.

La importancia de los murciélagos

Y es que los murciélagos tienen menos tolerancia al calor y en su búsqueda de sombras, dejan desprotegidos a las crías que quedan en los nidos de los árboles a merced de las altas temperaturas, por lo que acaban deshidratados y muertos. Da la casualidad de que una de las especies de murciélago conocida como el zorro volador de cabeza gris es una especie en peligro de extinción desde hace más de dos décadas y cuya población ha ido disminuyendo progresivamente. Ahora, con estas olas de calor extrema, se le añade más presión a una población ya afectada y muy vulnerable.

La muerte de estos animales supone una consecuencia grave para los ecosistemas donde están presentes. Los murciélagos, como agente polinizador clave, juega un papel importante en el transporte de semillas y, por tanto, en la biodiversidad de los ecosistemas actuales. Por ello es muy grave y carga de razón a las asociaciones que tratan de proteger a estos animales de dimensiones reducidas pero de gran impacto en la biosfera.

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