Avispas: el insecticida ecológico

plaga de avispas en madrid

A pesar del miedo que nos pueda generar, las avispas son insectos cuyas cualidades han sido beneficiosas para el ser humano. Existen en el mundo más de 70.000 especies en el mundo.

Siempre se ha temido a la avispa por su picadura, no obstante, solo uno de cada doscientos humanos tiene alergia a este insecto. Y normalmente, los efectos de su picadura (inflamación, escozor…) desaparecen en 24-48 horas.

Las avispas son insectos sociales por lo que pueden vivir en nidos de entre 5.000 y 10.000 individuos. Estos nidos están fabricados a partir de una sustancia secretada de fibra de madera. No suelen ser agresivas con el ser humano, si pican es comúnmente para defenderse de un agresor. Las avispas utilizan reacciones químicas para comunicarse entre ellas, así, el olor que produce la muerte de una de ellas puede alertar a las demás de un peligro cercano, por lo que conviene aislarse si nos hemos topado con un nido.

Son activas durante el día y pueden alimentarse desde los residuos de la comida del ser humano, los jugos de las plantas o hasta de otro tipo de insectos. Es por esto último por lo que son apreciadas por los agricultores, ya que se les considera muy buenas para el control de plagas, empleándolas de forma generalizada como insecticida ecológico.

No hay que confundir a las avispas con las abejas. Cierto es que ambas pueden picar a las personas pero la diferencia estriba en que las abejas solo pueden picar una vez, ya que al clavar su aguijón en la piel y separarse de su cuerpo, mueren. Su alimentación también es distinta, las abejas se alimentan de néctar y polen de las flores, de vez en cuando consiguen comida de los restos dulces de la basura.

Por lo general, las avispas no son consideradas un peligro para la salud pública, en cambio, en estos último años, se ha venido hablando mucho de la avispa asiática o avispa de «patas amarillas» y su efecto sobre nuestros ecosistemas. Es esta una especie de avispa originaria de Asia mucho más agresiva que puede causar graves daños a los ecosistemas actuales. Es muy voraz y su principal alimento son las abejas, responsables del 80% de la polinización global. Además, tienen una gran capacidad reproductiva y se adaptan fácilmente a entornos naturales como los de nuestra península.